sábado, 22 de noviembre de 2008

Renuncia voluntaria

Le presento un hasta luego y nunca más para que lo ponga en agua y adorne con estilo ese cuarto vacío, donde sentado a la luz de su mueble personal se marchitará sin visitas. Hay que cuidarse sin duda de estos modos de provincia porque aunque nadie sospeche, siempre guardan secretitos; la burla le hace a uno cosquillas y luego se tiene que apretar los dientes para no sonreír notoriamente, con el brillo ese que los ojos sueltan, nada se puede hacer, lo que resta es buscar otros brillos, cómplices en ojos ajenos para diluir la culpa de juzgar ideas tontas, pero dicen, ciertas. Ahí le dejo.

1 comentario:

  1. No me había dado cuenta de esa facilidad para la escritura... me gusto, saludos.

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