miércoles, 1 de abril de 2009

…Esta sensación extraña me persigue.

Allá me abandone, ubique el sitio más extraño para olvidarme, deje de soñar y me distraje con futilezas, me traje de aquí para allá con temor de que algo en mí, sospechara el cruel fin. Así cobardemente, sin despedidas abandone cada inquietud que se hubiera vuelto insoportable, la culpa se asomaba entonces y también le dejaba, luego la risa se empeño en enajenarme hasta que…

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